{"id":7251,"date":"2023-10-22T10:31:24","date_gmt":"2023-10-22T10:31:24","guid":{"rendered":"https:\/\/memoriadelahabana.com\/?p=7251"},"modified":"2023-10-22T10:43:59","modified_gmt":"2023-10-22T10:43:59","slug":"emilio-bobadilla-fray-candil","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/memoriadelahabana.com\/emilio-bobadilla-fray-candil\/","title":{"rendered":"Emilio Bobadilla, Fray Candil."},"content":{"rendered":"

[et_pb_section fb_built=”1″ inner_shadow=”on” fullwidth=”on” custom_padding_last_edited=”on|desktop” admin_label=”section” _builder_version=”4.20.4″ background_color=”#000000″ background_image=”https:\/\/memoriadelahabana.com\/wp-content\/uploads\/2023\/10\/memoria-de-la-habana-emisora-de-radio-online-slider-emilio-bobadilla-fray-candil.jpg” custom_padding=”9.6%||2.4%|||” custom_padding_tablet=”50px|0|50px|0″ custom_padding_phone=”” animation_style=”fade” hover_enabled=”0″ box_shadow_style=”preset6″ global_colors_info=”{}” alt=”Emilio Bobadilla, Fray Candil.” title_text=”Emilio Bobadilla, Fray Candil.” sticky_enabled=”0″][et_pb_fullwidth_header title=”Emilio Bobadilla, Fray Candil.” subhead=”La luz de un candil que no conocemos.” header_fullscreen=”on” logo_alt_text=”Catedral de La Habana” logo_title=”Catedral de La Habana” admin_label=”Fullwidth Header” _builder_version=”4.20.4″ title_level=”h6″ title_font=”||||||||” title_text_align=”left” title_text_color=”#ffffff” title_font_size=”48″ subhead_text_align=”left” subhead_text_color=”#ffffff” subhead_font_size=”34″ background_color=”rgba(255, 255, 255, 0)” custom_padding=”||||false|false” title_font_size_tablet=”” title_font_size_phone=”” title_font_size_last_edited=”on|phone” title_line_height_tablet=”” title_line_height_phone=”1.1em” title_line_height_last_edited=”on|phone” text_shadow_style=”preset3″ global_colors_info=”{}” button_one_text_size__hover_enabled=”off” button_two_text_size__hover_enabled=”off” button_one_text_color__hover_enabled=”off” button_two_text_color__hover_enabled=”off” button_one_border_width__hover_enabled=”off” button_two_border_width__hover_enabled=”off” button_one_border_color__hover_enabled=”off” button_two_border_color__hover_enabled=”off” button_one_border_radius__hover_enabled=”off” button_two_border_radius__hover_enabled=”off” button_one_letter_spacing__hover_enabled=”off” button_two_letter_spacing__hover_enabled=”off” button_one_bg_color__hover_enabled=”off” button_two_bg_color__hover_enabled=”off”][\/et_pb_fullwidth_header][\/et_pb_section][et_pb_section fb_built=”1″ custom_padding_last_edited=”on|desktop” admin_label=”Section” _builder_version=”4.16″ background_color=”#000000″ custom_padding_tablet=”50px|0|50px|0″ custom_padding_phone=”” transparent_background=”off” padding_mobile=”off” global_colors_info=”{}”][et_pb_row column_structure=”3_4,1_4″ padding_mobile=”off” column_padding_mobile=”on” admin_label=”Row” module_class=” et_pb_row_fullwidth” _builder_version=”4.16″ background_size=”initial” background_position=”top_left” background_repeat=”repeat” width=”89%” width_tablet=”80%” width_phone=”” width_last_edited=”on|desktop” max_width=”89%” max_width_tablet=”80%” max_width_phone=”” max_width_last_edited=”on|desktop” make_fullwidth=”on” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”3_4″ _builder_version=”4.16″ custom_padding=”|||” global_colors_info=”{}” custom_padding__hover=”|||”][et_pb_text admin_label=”Text” _builder_version=”4.16″ background_size=”initial” background_position=”top_left” background_repeat=”repeat” background_layout=”dark” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n

Escuche el programa aqu\u00ed:<\/h2>\n

[\/et_pb_text][et_pb_code admin_label=”Code” _builder_version=”4.20.4″ global_colors_info=”{}”]

<\/div>[\/et_pb_code][et_pb_text admin_label=”Text” _builder_version=”4.20.4″ background_size=”initial” background_position=”top_left” background_repeat=”repeat” background_layout=”dark” link_option_url=”https:\/\/es.wikipedia.org\/wiki\/Juana_Borrero” link_option_url_new_window=”on” use_border_color=”off” global_colors_info=”{}”]Cr\u00edtico tan combatiente como combatido, Emilio Bobadilla convirti\u00f3 la hiriente iron\u00eda y los sarcasmos despectivos en los principales instrumentos de sus textos. Eso le gan\u00f3 muchos lectores, pero tambi\u00e9n una legi\u00f3n de enemigos<\/p>\n

Carlos Espinosa Dom\u00ednguez, Aranjuez | 17\/12\/2021 4:58 pm<\/p>\n

En un art\u00edculo acerca de William Saroyan, el espa\u00f1ol Juan Manuel de Prada coment\u00f3: \u201cEl tiempo, ese juez severo que propina condenas a mansalva, parece haberle recluido en un purgatorio de sombras que contrasta con la veneraci\u00f3n que en vida le tributaron varias generaciones de lectores\u201d. Esas palabras muy bien pudieron haber sido redactadas para Emilio Bobadilla (C\u00e1rdenas, 1862-Biarritz, 1921).<\/p>\n

A fines del siglo XIX e inicios del XX, eran muy le\u00eddas las cr\u00f3nicas y art\u00edculos que este escritor publicaba en revistas y peri\u00f3dicos de Hispanoam\u00e9rica y sobre todo de Espa\u00f1a. Disfrutaba de una fama extraordinaria, que tambi\u00e9n se deb\u00eda a sus libros, que aparec\u00edan encabezados por textos elogiosos de autores tan renombrados como Emilia Pardo Baz\u00e1n, Leopoldo Alas (Clar\u00edn) y Benito P\u00e9rez Gald\u00f3s.
\nAlgunas de sus obras aparecieron adem\u00e1s bajo el mismo sello editorial que acog\u00eda textos de P\u00edo Baroja, Santiago Rusi\u00f1ol, Jacinto Benavente, Miguel de Unamuno, Azor\u00edn, Ram\u00f3n P\u00e9rez de Ayala, Eduardo Marquina.
\nEso llevaba a muchos a pensar que Bobadilla era espa\u00f1ol. Sin embargo, tras su muerte cay\u00f3 en ese purgatorio de sombras al que alude De Prada. Hoy no se lee, no se reedita, no se le menciona, razones por las que no debe extra\u00f1ar que el centenario de su muerte, que se cumpli\u00f3 este a\u00f1o, haya pasado en el m\u00e1s absoluto silencio.<\/p>\n

El periodista cubano Antonio Escobar expres\u00f3 sobre su compatriota: \u201cSi hubiera nacido en la Francia de Luis XIII se hubiera llamado Monsieur de la Rechenoire y hubiese sido mosquetero. Como ha nacido en Cuba en el siglo de la letra de molde, en vez de andar a estocadas con los guardias del Cardenal, persigue a poetas ramplones\u201d. Y en efecto, el calificativo de mosquetero le viene bien a este hombre que escrib\u00eda cr\u00edticas como quien lanza estocadas y cuya vida que dar\u00eda argumento para una novela de aventuras, salpicada de episodios graciosos y caballerescos.
\nEra hijo de un abogado y al estallar la guerra de 1868, emigr\u00f3 con sus padres y hermanos a Baltimore y despu\u00e9s a Veracruz. Probablemente influenciado por su padre, al regresar a Cuba comenz\u00f3 los estudios de Derecho Civil y Can\u00f3nico en La Habana. Demor\u00f3 doce a\u00f1os en finalizarlo, lo cual hizo en 1889 en Madrid, a donde se hab\u00eda trasladado en 1887. Cuando a\u00fan se hallaba en la Isla, se inici\u00f3 en el periodismo y entre 1881 y 1886 colabor\u00f3 en publicaciones como La Habana Elegante, El F\u00edgaro, Habana C\u00f3mica, El Museo y El Radical. En esos art\u00edculos despuntaba ya el estilo desenfadado, mordaz y demoledor que se iba a convertir en su marca registrada. Bobadilla dirigi\u00f3 adem\u00e1s los semanarios sat\u00edricos El Epigrama (1883) y El Carnaval (1886).<\/p>\n

Us\u00f3 el seud\u00f3nimo Dagoberto M\u00e1rmara para dar a conocer a los diecinueve a\u00f1os la colecci\u00f3n de epigramas Sal y Pimienta. Utiliz\u00f3 tambi\u00e9n otros como Pausanias y Perfecto, pero fue por el de Fray Candil por el que m\u00e1s se le conoci\u00f3. Al referirse a las razones que lo llevaron a adoptarlo, escribi\u00f3: \u201cMe firmo Fray, porque los frailes gozan de cierta inmunidad para decir cuanto les venga al h\u00e1bito, y Candil porque gusto de hacer luz donde imperan las sombras\u201d.<\/p>\n

Al arribar a Espa\u00f1a, Bobadilla llevaba en su maleta su libro Reflejos de Fray Candil (1886), que tuvo dos ediciones. Se abr\u00eda con una carta de la escritora Emilia Pardo Baz\u00e1n, en la cual la autora de Los pazos de Ulloa le expresa que sus art\u00edculos le han proporcionado \u201cmuy grato solaz. Revelan, adem\u00e1s de f\u00e1cil y correcta pluma, excelente ingenio y recta intenci\u00f3n. Su desenfado no traspasa los l\u00edmites del buen gusto\u201d. Al poco tiempo de establecerse en Madrid, Bobadilla entreg\u00f3 a la imprenta Escaramuzas (s\u00e1tira y cr\u00edtica) (1888), que fue prologado por Clar\u00edn.<\/p>\n

Esos dos avales debieron de haber actuado a su favor, pues pronto su nombre empez\u00f3 a aparecer en publicaciones como Madrid C\u00f3mico, El Liberal, La Esfera, El Imparcial, La Lectura, Nuestro Tiempo. Asimismo, su bibliograf\u00eda no dej\u00f3 de incrementarse al ritmo de un t\u00edtulo nuevo cada a\u00f1o: Fiebres (1889), Capirotazos (1890), Cr\u00edticas instant\u00e1neas I. El Padre Coloma y la aristocracia (1891), Triquitraques (1892), Solfeo (1893), La vida intelectual (1895).<\/p>\n

Tuvo muchos lectores, pero tambi\u00e9n una legi\u00f3n de enemigos<\/p>\n

La hiriente iron\u00eda y los sarcasmos despectivos que Bobadilla convirti\u00f3 en los principales instrumentos de sus cr\u00edticas, contribuyeron a que se hiciese r\u00e1pidamente famoso. Muy pocos escritores espa\u00f1oles e hispanoamericanos escaparon a sus dardos. Emilio Castellar, Jos\u00e9 Echegaray, C\u00e1novas del Castillo, est\u00e1n entre los que fueron objeto de sus opiniones \u00e1cidas y tajantes. Mostr\u00f3 respeto y admiraci\u00f3n por las primeras obras de Pardo Baz\u00e1n. Pero a medida que fue pasando el tiempo pas\u00f3 a dedicarle censuras y descalificativos. Bobadilla justific\u00f3 ese cambio argumentando que aquellos elogios se debieron a su juventud y a su escaso saber. Pero al ir conociendo a otros autores extranjeros, se fue decepcionando de sus libros. Eso motiv\u00f3 que su entusiasmo fuera apag\u00e1ndose, \u201cci\u00f1\u00e9ndose a la verdad y a la justicia, reduci\u00e9ndose a los l\u00edmites de una discreta aprobaci\u00f3n\u201d.<\/p>\n

En un comentario acerca de uno de sus libros, escribi\u00f3: \u201cEl libro de Do\u00f1a Emilia, Al pie de la torre Eiffel, parece dictado por la musa de la vanidad \u2014perd\u00f3neme la popular escritora\u2014. La mayor\u00eda de sus p\u00e1ginas es una exhibici\u00f3n pedantesca de la personalidad de la autora. Soy partidario del subjetivismo, pero no siempre. En prosa encopetada y fantasiosa, declaro que me revienta, y tengo sobradas razones para ello\u201d. Y en otro art\u00edculo da rienda suelta a su irrefrenable mala uva, al expresar:
\n\u201cLa se\u00f1ora Pardo Baz\u00e1n, antes de ser tan popular como lo es hoy, me ped\u00eda, en cartas que conservo, que hablase de sus libros. La se\u00f1ora Parda Baz\u00e1n finge ahora desconocerme porque no la elogio a toda orquesta. \u00a1Como si yo, que no tengo \u00eddolos, ni siquiera con faldas, fuera a malgastar mi juventud quemando incienso y mirra a todas horas! Quedan mi discreta aprobaci\u00f3n o mi aplauso tibio para las median\u00edas o las notabilidades de ocasi\u00f3n\u201d.<\/p>\n

Ese modo de concebir y ejercer la cr\u00edtica despertaba, naturalmente, simpat\u00edas y enemistades, defensas y ataques. La acritud y la violencia que Bobadilla pon\u00eda en sus art\u00edculos le ganaron muchos lectores, pero tambi\u00e9n una legi\u00f3n de enemigos. Se vio envuelto en pol\u00e9micas e incluso en duelos. Mencion\u00e9 antes a Clar\u00edn, quien prolog\u00f3 uno de sus libros. Con \u00e9l, el cubano mantuvo inicialmente una buena relaci\u00f3n, que termin\u00f3 en una sonada ruptura. \u201cEra amigo m\u00edo cuando lo incensaba\u201d, coment\u00f3 Bobadilla. Sus desavenencias dieron lugar a que el autor de La Regenta fuera a Madrid para zanjarlas mediante un duelo. Seg\u00fan coment\u00f3, ser\u00eda cosa de coser y cantar. El combate se celebr\u00f3 el 21 de mayo de 1892 y se suspendi\u00f3 despu\u00e9s de que el novelista asturiano recibiera heridas en la boca y en un brazo. Su adversario, triunfante, declar\u00f3: \u201cEl pron\u00f3stico de Clar\u00edn se ha cumplido: a \u00e9l lo est\u00e1n cosiendo, mientras yo canto\u201d.<\/p>\n

El escritor argentino Manuel Ugarte llam\u00f3 a Bobadilla y al odiado y temido periodista espa\u00f1ol Luis Bonafoux Quintero, \u201cterroristas de las letras\u201d y cultivadores de un cierto \u201cmatonismo literario\u201d. Ambos desenmascaraban a los escritores farsantes y tambi\u00e9n fueron despiadados al revelar con valent\u00eda faltas en escritores consagrados a quienes otros veneraban. El cubano defendi\u00f3 su empe\u00f1o de \u201csostener, contra viento y marea, que no deben de admitirse como buenos, poetas lazarinos y prosistas desvencijados y g\u00e1rrulos\u201d. Esa franqueza le ocasion\u00f3 grandes disgustos y le cerr\u00f3 muchas puertas. Pero como \u00e9l dec\u00eda, \u201cel car\u00e1cter no se improvisa\u201d.<\/p>\n

En su libro Los valores literarios, Azor\u00edn expresa que \u201ca Bobadilla debe la moderna cultura literaria espa\u00f1ola muchas de las ideas que hoy, entre los j\u00f3venes, andan en circulaci\u00f3n\u201d. Elogia su \u201cestilo limpio, claro, preciso, nervioso\u201d. Y en cuanto a sus textos cr\u00edticos, apunta que, \u201cvenido de fuera, m\u00e1s libre de toda solidaridad sentimental, ha podido ser m\u00e1s sincero\u201d. No puede negarse que Bobadilla era sagaz, estaba bien informado y contaba con lecturas bien asimiladas. Como prosista, demuestra que sabe manejar su idioma, que como vivi\u00f3 tantos a\u00f1os fuera de Cuba es un espa\u00f1ol castizo. Estaba permeado por el naturalismo e influido, en lo filos\u00f3fico, por Nietzsche, y reconoc\u00eda a Francia como su patria intelectual.<\/p>\n

Como ha se\u00f1alado Salvador Bueno, que le dedic\u00f3 varios trabajos, en sus cr\u00edticas Bobadilla unas veces acierta. En otras, por el contrario, se deja llevar por sus iracundias, sus apasionamientos, sus salidas de tono, y eso lo lleva a caer con frecuencia en groser\u00edas y chabacaner\u00edas. Estaba siempre en desacuerdo con todo y con todos, y esa agresividad da\u00f1\u00f3 la perdurabilidad de sus textos e hizo que, tras su muerte, su popularidad declinase vertiginosamente.<\/p>\n

Aparte de quehacer period\u00edstico, que ocupa el espacio mayor en su bibliograf\u00eda, Bobadilla se dedic\u00f3 tambi\u00e9n a la literatura de creaci\u00f3n. Escribi\u00f3 varias piezas teatrales, que aunque no se editaron s\u00ed fueron representadas. Dio a conocer, asimismo, los poemarios Fiebres (1889), V\u00f3rtice (1902) y Rojeces de Marte (1921). Y dej\u00f3 adem\u00e1s una producci\u00f3n narrativa integrada por Novelas en germen (1900), A fuego lento (1903) y En la noche dormida (1913). En esas obras domina una atm\u00f3sfera universalista, en la cual Cuba est\u00e1 ausente.<\/p>\n

En contra de los que mataban a sus hermanos<\/p>\n

En ellas Bobadilla demostr\u00f3 un buen dominio de la t\u00e9cnica, como se pone de manifiesto en A fuego lento, que en Espa\u00f1a tuvo dos ediciones y que en 1913 fue traducida al franc\u00e9s. En la primera parte, la acci\u00f3n tiene lugar en Ganga, un pa\u00eds ficticio de Hispanoam\u00e9rica en el que conviven indios, mestizos y negros. Bobadilla critica mordazmente a esos personajes, varios de los cuales aparecen notablemente caricaturizados. En contraste con ese mundo, en la segunda parte presenta el europeo (esas p\u00e1ginas se ambientan en Francia), aunque el novelista no deja de mostrar ciertos aspectos negativos.<\/p>\n

Seguidor fiel del naturalismo franc\u00e9s y de autores como Zola y Flaubert, en sus novelas incorpor\u00f3 descripciones de escenas sexuales que provocaron que en Espa\u00f1a se le acusara de inmoral. A aquellos que lo hicieron, Bobadilla les dedic\u00f3 el art\u00edculo \u201cLa moral en el arte\u201d. All\u00ed declara ser franco y no poder con las personas mojigatas. \u201c\u00bfQue hablo del amor carnal sin velos ni per\u00edfrasis? \u00bfQu\u00e9 llamo a las cosas por su nombre? Cuesti\u00f3n de temperamento y de educaci\u00f3n art\u00edstica\u201d, argumenta. Sostiene que \u201cel arte nunca fue casto. No s\u00e9 de ninguna obra genial que lo sea, porque la vida no es, no ha sido, ni ser\u00e1 nunca escuela de castidad\u201d. Agrega que \u201cel arte, que copia la vida, no tiene pudores, como no lo tiene ninguna mesa de disecci\u00f3n\u201d. Y concluye afirmando: \u201cSoy de los que creen \u2014salvo mejor parecer\u2014 que hay quien puede leer de todo sin temor a contaminarse y quien no necesita leer libros pecaminosos para obrar mal\u201d.<\/p>\n

Critic\u00f3 el desconocimiento de Am\u00e9rica que ten\u00edan los espa\u00f1oles, as\u00ed como que mirasen \u201ccon desd\u00e9n, cuando no con indiferencia\u201d, casi todo lo referente a aquel continente. Cuenta que debido a esa ignorancia, en los peri\u00f3dicos se comet\u00edan errores de bulto, como decir, con motivo del estreno de cierta zarzuela, que la guaracha y el punto criollo son flamencos. Algo que le irritaba de modo particular era la manera como eran presentados los cubanos en el teatro. Eso lo hizo escribir:
\n\u201cYo soy cubano. \u00bfHablo yo, me visto yo como habla y se viste el cubano de las comedias? \u2018Ahorita mesmo lo vas a sabel\u2019. Pero \u00bfd\u00f3nde han sacado esos costumbristas de pega que todos los cubanos hablamos as\u00ed? \u00a1Lo va usted a sabel! Calle usted, hombre, calle usted. \u00bfQu\u00e9 sabe usted de eso? No niego que los guajiros \u2014casi todos\u2014 hablan as\u00ed, convirtiendo la r en l, y a la inversa; pero los que recibimos alguna educaci\u00f3n no hablamos de ese modo. \u00bfQuiere alguno de esos autores c\u00f3micos tener una interview conmigo para que se convenza?\u201d.<\/p>\n

En 1884 viaj\u00f3 a Par\u00eds. All\u00ed contrajo matrimonio con Piedad Zenea, la \u00fanica hija del poeta cubano Juan Clemente Zenea. En la capital francesa estableci\u00f3 contacto con los cubanos que luchaban por la independencia de la Isla y public\u00f3 art\u00edculos en La Rep\u00fablica Cubana, que aparec\u00eda en espa\u00f1ol y en franc\u00e9s y que editaba Domingo Figarola-Caneda. En una carta a Rafael Montoro, le expresa que sali\u00f3 de Espa\u00f1a \u201cporque mi dignidad de cubano me prohib\u00eda permanecer en un pa\u00eds donde a diario se injuria a mis compatriotas\u201d.<\/p>\n

Tras viajar por Inglaterra e Italia, en 1897 embarc\u00f3 hacia Nueva York, donde estuvo poco tiempo. Se traslad\u00f3 entonces a Panam\u00e1, que a\u00fan formaba parte de Colombia. Al poco tiempo de llegar, el c\u00f3nsul espa\u00f1ol, quien era amigo suyo, le ofreci\u00f3 una suculenta suma a cambio de que escribiese a favor de la alternativa autonomista. Bobadilla se neg\u00f3: \u201cYo estoy contra los que matan a mis hermanos. Es cuesti\u00f3n de decoro m\u00e1s que de patriotismo\u201d.<\/p>\n

La fama con que contaba ya en Espa\u00f1a le permiti\u00f3 comenzar a colaborar en La Estrella de Panam\u00e1, un peri\u00f3dico muy le\u00eddo e influyente. Adem\u00e1s de publicar muchos art\u00edculos en defensa de la causa cubana, tambi\u00e9n pas\u00f3 a ocuparse de temas y figuras locales. Lo hizo con su caracter\u00edstico estilo chispeante e hiriente, lo cual pronto le gan\u00f3 enemigos. Los elementos conservadores, vinculados a las empresas espa\u00f1olas, lograron que fuera acusado de anarquista. Debido a eso, se le prohibi\u00f3 viajar al interior de Panam\u00e1. Se traslad\u00f3 entonces a Bogot\u00e1, donde fue acogido por su compatriota Rafael Mar\u00eda Merch\u00e1n, quien resid\u00eda en Colombia.<\/p>\n

Una vez finalizada en 1898 la guerra, no volvi\u00f3 a Cuba, sino que se fue a Par\u00eds y m\u00e1s tarde a Espa\u00f1a. Durante los primeros a\u00f1os del siglo XX viaj\u00f3 por Holanda, B\u00e9lgica, Alemania y los pa\u00edses escandinavos, sobre todos los cuales escribi\u00f3 cr\u00f3nicas. En Viajando por Espa\u00f1a (Evocaciones y paisajes) (1912), recopil\u00f3 las dedicadas a esa tierra donde pas\u00f3 unos cuantos a\u00f1os. El libro se public\u00f3 con un prologo de Benito P\u00e9rez Gald\u00f3s, quien califica a su autor de \u201cviajero delicioso\u201d. En cuanto a sus cualidades como escritor, expresa que \u201ca la exactitud descriptiva une la riqueza de imaginaci\u00f3n y la gracia y pureza del lenguaje, y estos primores van engarzados en el hilo \u00e1ureo de una sinceridad que tanto nos encanta como nos desconcierta\u201d.<\/p>\n

Dogm\u00e1tico y duro; pero fue tambi\u00e9n sincero y sensible<\/p>\n

Hay discrepancias en cuanto a la fecha en que volvi\u00f3 por \u00faltima vez a Cuba. De acuerdo a Salvador Bueno, fue en 1910 cuando hizo un corto viaje a la patria. \u201cArriba precedido por toda su fama. Llega en mayo, pasar\u00e1 el resto del a\u00f1o en Cuba. Visita a los amigos. Se le ofrecen banquetes y homenajes. Visita la revista El F\u00edgaro. Publica all\u00ed sus \u2018Notas en el pu\u00f1o de la camisa\u2019. Recorre la isla por Caibari\u00e9n, Remedios, Camajuan\u00ed y Santa Clara. Comenta en un art\u00edculo \u2018Los restos de Aguilera o la justicia p\u00f3stuma\u2019, las figuras de [Carlos Manuel de] C\u00e9spedes y [Francisco Vicente] Aguilera. Y por ciertos conceptos sobre el m\u00e1ximo impulsor de la guerra del 68 se entabla una pol\u00e9mica, se cruzan los denuestos y se produce el inevitable, consabido duelo. Esta agitada estancia de Bobadilla en su tierra natal cuaja en abundancia de an\u00e9cdotas y sucedidos. Penetra como un b\u00f3lido en la ascendente vida literaria habanera y observa con su ir\u00f3nica mirada las maniobras de los pol\u00edticos del patio. En una carta a Montoro apuntaba que todo aquello le parec\u00eda \u2018una rumba bailada alrededor de un jam\u00f3n\u2019\u201d.<\/p>\n

El gobierno de Jos\u00e9 Miguel G\u00f3mez lo nombr\u00f3 c\u00f3nsul de Cuba en Bayona y, m\u00e1s tarde, en Biarritz. En esta \u00faltima ciudad vivi\u00f3, apartado, sus \u00faltimos a\u00f1os. Viv\u00eda en una casa de cuatro pisos, en el primero de los cuales se hallaba el consulado. Tuvo a su lado a una mujer llamada Petra L\u00f3pez Vizcay, quien lo cuid\u00f3 y sufrag\u00f3 los gastos de su entierro. El\u00edas Entralgo, otro de los estudiosos de Bobadilla, ha recordado que siete a\u00f1os de haber este fallecido esa mujer viajaba cada dos semanas desde San Sebasti\u00e1n y cruzaba la frontera espa\u00f1ola para ir a depositar flores en la tumba del escritor.<\/p>\n

Cierro estas l\u00edneas en recordaci\u00f3n de quien pudo bien haberse incluido en su libro Graf\u00f3manos de Am\u00e9rica con unas palabras del siempre l\u00facido y justo Jorge Ma\u00f1ach. Fueron redactadas en 1927, cuando se trataba de gestionar el traslado a Cuba de los restos del autor de Al trav\u00e9s de mis nervios. Son estas que a continuaci\u00f3n reproduzco:
\n\u201cAunque se equivoque, a un escritor le basta con ser honrado para merecer bien de su patria. Porque ya se ha dicho muchas veces que no importa tanto la verdad en s\u00ed como la ardiente persecuci\u00f3n de ella, y \u2018Fray Candil\u2019 la caz\u00f3 tesoneramente por todos los atajos, vericuetos y robledales de las letras. Fue dogm\u00e1tico y duro; pero fue tambi\u00e9n sincero y sensible. Aunque su cr\u00edtica se distraje a veces en exceso hacia lo personal, los hombres no le interesaban sino en la medida en que acataban o violaban una norma literaria, o un canon del gusto que \u00e9l estimaba m\u00e1s certero.<\/p>\n

\u201cAdem\u00e1s, el legado cr\u00edtico suyo, por su vivo car\u00e1cter pol\u00e9mico, vici\u00f3 un poco su notoriedad y tal vez nos lleva a olvidar con harta frecuencia el resto de su obra de pura creaci\u00f3n \u2014su obra de novelista y de poeta. Es un peligro al que no suelen escaparse con frecuencia los escritores de una versatilidad demasiado militante: a menudo se les juzga por lo circunstancial y adjetivo de ellos, no m\u00e1s que por haber sido ese aspecto el que capt\u00f3 general atenci\u00f3n.<\/p>\n

\u201cA la posteridad le toca, sin embargo, rectificar esa desviada perspectiva, esa visi\u00f3n estrecha de los contempor\u00e1neos. Hay que hablar menos del cr\u00edtico \u2018Fray Candil\u2019 y m\u00e1s del autor de A fuego lento. Mejor todav\u00eda: hay que mirarle en su cabal ejecutoria, en la integridad, debidamente jerarquizada, de su faena literaria, tan perseverante y transida de devociones ideales. Y conviene no perder tampoco de vista que Bobadilla fue uno de los primeros escritores cubanos de nuestro tiempo que lograron trascender. No es esto accesible, en el trajinado mundo de las letras hisp\u00e1nicas, sino a los escritores que realmente tienen algo alto, puro y serio que decir. Son demasiados los arrieros de alforja vac\u00eda\u201d.[\/et_pb_text][et_pb_blog fullwidth=”off” posts_number=”24″ include_categories=”3″ show_author=”off” show_categories=”off” _builder_version=”4.16″ use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” use_dropshadow=”off” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_blog][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_4″ _builder_version=”4.16″ custom_padding=”|||” global_colors_info=”{}” custom_padding__hover=”|||”][et_pb_sidebar orientation=”right” area=”sidebar-1″ admin_label=”Sidebar” _builder_version=”4.16″ header_font_size=”32″ body_font_size=”18″ background_layout=”dark” remove_border=”off” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_sidebar][et_pb_image src=”https:\/\/memoriadelahabana.com\/wp-content\/uploads\/2016\/09\/memoria-de-la-habana-estacion-de-radio-online.png” alt=”Memoria de La Habana” title_text=”Memoria de La Habana” url=”https:\/\/memoriadelahabana.com\/contactenos\/” url_new_window=”on” align=”center” align_tablet=”center” align_phone=”” align_last_edited=”on|desktop” admin_label=”Image” _builder_version=”4.16″ animation_style=”fade” animation_duration=”500ms” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” animation=”fade_in” sticky=”off” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][et_pb_text admin_label=”Text” _builder_version=”4.16″ background_size=”initial” background_position=”top_left” background_repeat=”repeat” text_orientation=”center” background_layout=”dark” module_alignment=”center” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n

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