[et_pb_section admin_label=”Section” fullwidth=”off” specialty=”off”][et_pb_row admin_label=”Row”][et_pb_column type=”1_3″][et_pb_image admin_label=”RAM\u00d3N VELOZ” src=”https:\/\/memoriadelahabana.com\/wp-content\/uploads\/2016\/12\/memoria-de-la-habana-los-m\u00fasicos-de-cuba-kabiosiles-006.png” alt=”RAM\u00d3N VELOZ” title_text=”KABIOSILE ” show_in_lightbox=”on” url_new_window=”off” use_overlay=”off” animation=”left” sticky=”off” align=”left” force_fullwidth=”off” always_center_on_mobile=”on” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid”] [\/et_pb_image][\/et_pb_column][et_pb_column type=”2_3″][et_pb_text admin_label=”Text” background_layout=”light” text_orientation=”justified” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” text_font_size=”18″]<\/p>\n
Ahora ya no es siquiera una sombra. Nadie le conoce en su tierra, ni en las tierras diversas que busc\u00f3 para que su luz creciera. Ahora aparece, sin embargo, en las ruidosas pel\u00edculas con las que M\u00e9xico disfrazaba, avergonzado, su identidad; \u00a0s\u00f3lo all\u00ed, en esas p\u00e1lidas copias de un tiempo hecho trizas, se ve el ardor de vida que posey\u00f3. Junto a Mar\u00eda Antonieta Pons, reci\u00e9n llegada ahora tambi\u00e9n al mundo de los fantasmas, quedan esos delirios de canto y baile, de rumba criolla, donde la sangre de Cecilio Francisco Mendive, <\/span>Kiko,<\/span><\/i> quiso dejarnos un legado.<\/span><\/p>\n Fue muchos, en la ilusi\u00f3n de ser \u00e9l mismo, de construirse un rostro y un estilo. Fue el espejo que tuvo que marcharse lejos, para que nadie reconociera el rostro que en su superficie se ve\u00eda, que era el rostro de otro, perseguido en el sue\u00f1o para ser su rostro propio. Era una confluencia de azogues con una esencia marcada: el aire sonoro de mi tierra, que es gen\u00e9tico, que corre como un virus, que se respira como la sal de una tormenta y deja muescas de padres a hijos, y se es, sin pensarlo, originario de un pozo de caldos profundos. <\/span><\/p>\n [\/et_pb_text][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row admin_label=”Row”][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text admin_label=”Text” background_layout=”light” text_orientation=”right” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” text_font_size=”18″]<\/p>\n Sali\u00f3 del olvido para llegar al mismo sitio, y enmascar\u00f3 su dolor haciendo re\u00edr, aunque era casi completo, casi perfecto, casi compacto en su manera de expresar todo lo que llevaba dentro, pero al hacerlo lejos de donde quer\u00eda, ya no era \u00e9l mismo sino una sombra del sue\u00f1o perseguido. <\/span><\/p>\n En la distancia qued\u00f3 su rostro, con las m\u00e1scaras sucesivas que tuvo. Y en la isla nadie supo nunca m\u00e1s su nombre, la \u00fanica riqueza verdadera que llevaba debajo del pecho, desdibujado por los cielos donde intent\u00f3 ser se\u00f1al y referencia. Bajo el \u00faltimo de ellos, el cielo de Caracas, fue nuevamente \u00e9l mismo aquella noche del 5 de abril del a\u00f1o 2000, porque el nuevo milenio no estar\u00eda lleno de su gracia. Pobre y solo, sin que el Caribe llevara el eco de quien volv\u00eda a juntarse con tierra extra\u00f1a, con la sal de sus huesos se hac\u00eda tierra cubana.<\/span><\/p>\n Todos hablaban de \u00e9l, de la gracia que tuvo, de c\u00f3mo se mov\u00eda para inventarse el hombre que, como una armadura, iba a llevar por la tierra americana.<\/span><\/p>\n Yo he tenido tambi\u00e9n que ir a buscar un sol que no era el m\u00edo. Disparos extra\u00f1os en la ventana donde amanece, sobre un mar que no ba\u00f1\u00f3 jam\u00e1s mi torturada, ancha memoria. En ella no estaban su nombre ni su voz, y es s\u00f3lo ahora, los dos lejanos, ambos fantasmas de una misma caballer\u00eda celestial, donde he descubierto sus huellas.<\/span><\/p>\n Hab\u00eda nacido negro y pobre, dos condiciones repetidas en la faz de este mundo perverso, all\u00e1 en el barrio habanero de Los Sitios, donde el aire se contagiaba de m\u00fasicas y ancestros, un 22 de noviembre de 1919, y desde ni\u00f1o tuvo esa sed intensa que le iba a salvar de cualquier marejada. Fue en aquel entonces <\/span>Canillita<\/span><\/i>, nombre robado a Chaplin en la era muda de nuestros abuelos, y as\u00ed se acerc\u00f3, a los once a\u00f1os, al sexteto de otro gran olvidado: el tresero Alfredo Bolo\u00f1a.<\/span><\/p>\n Con veinte, decidi\u00f3 que lo suyo era la noche, el mundo sonoro donde su sangre traviesa le pod\u00eda abrir caminos entre luces y sombras. Era 1939 y pudo hacer incursiones con el Sexteto Caribe y el conjunto Los J\u00f3venes de la Crema. Ya pose\u00eda su primera m\u00e1scara visible: la del hombre que marcar\u00eda a una tropa de cantantes jaraneros, Orlando Guerra, <\/span>Cascarita<\/span><\/i>, que iba a adelantarle la imitaci\u00f3n de su propia muerte en tierra ajena, dicharachero, atrevido en la forma de montarse sobre los compases que le acompa\u00f1aban.<\/span><\/p>\n Buscando desasirse de ese modelo se fue a M\u00e9xico en 1941, solamente para encontrar que la imagen de la que hu\u00eda, era la que se ten\u00eda de todo cantante cubano. Se resign\u00f3, tal vez esperando momentos mejores, y lentamente, con su otra arma, el baile, comenz\u00f3 a ser <\/span>Kiko <\/span><\/i>Mendive. Las pel\u00edculas de rumberas estaban en pleno auge. As\u00ed que su estreno en el cine fue con los pies. Su gracia qued\u00f3 en \u201cQu\u00e9 hombre tan simp\u00e1tico\u201d, de 1942. <\/span><\/p>\n Era el comienzo de su universo, que siempre iba a encontrar semejanzas con el de otros. Pero su esencia es \u00fanica, al menos en el celuloide. All\u00ed queda para la memoria, junto a hembras sensuales que el Beny enumer\u00f3 en esa larga y apetitosa lista que es <\/span>Mangolele<\/span><\/i>: Blanquita Amaro, Rosita Forn\u00e9s, Amalia Aguilar, Rosa Carmina, Meche Barba, Mar\u00eda Antonieta Pons y Nin\u00f3n Sevilla. Grupas tel\u00faricas, que han sido y ser\u00e1n, testimonio de un tiempo en que Am\u00e9rica era goce y liviandad.<\/span><\/p>\n Ah\u00ed est\u00e1n esas cintas que no supimos ver, que no aprendimos a recordar como otros, y de donde jam\u00e1s le rescatamos: <\/span>Cruel destino, Balaj\u00fa, Embrujo antillano, B\u00e9same mucho, La reina del tr\u00f3pico, El amor de mi boh\u00edo, Tania la bella salvaje, G\u00e1ngsters contra charros, Una mujer con pasado, Me lo dijo Adela, Casa de perdici\u00f3n<\/span><\/i> y <\/span>La enga\u00f1adora<\/span><\/i>, entre la treintena de filmes, que hoy no nos atrever\u00edamos a mirar, si no es para sacar del agua del olvido los rostros que aplaud\u00edan quienes nos fundaron.<\/span><\/p>\n Con esa imagen lograda, donde estaban ya superpuestas las otras, dio el salto a Caracas, que en los a\u00f1os 50 promet\u00eda ser una New York tropical. All\u00e1 fue en 1952 con Olga Guillot y Noro Morales. La televisi\u00f3n le abri\u00f3 las puertas en Venezuela, y all\u00ed se radic\u00f3 en 1956 para no regresar jam\u00e1s a ninguna otra parte. M\u00e9xico estaba repleto de <\/span>Cascaritas<\/span><\/i>, y para rematar, hab\u00eda llegado el aut\u00e9ntico, ya sin la aureola de otros tiempos.<\/span><\/p>\n Esa, la televisi\u00f3n, fue su casa definitiva, su pa\u00eds y su gloria. Cantaba, bailaba y hac\u00eda humor. Hasta la fatal noche de abril del final de otro siglo. Los que crecieron vi\u00e9ndole, dicharachero y vecinal, en Media Jarra Musical y Radio Rochela, son m\u00e1s ricos que yo, que le he descubierto ahora bajo antifaces de lejan\u00eda y nostalgia, y donde se despoja de ellos en temas como <\/span>Palito de tendedera<\/span><\/i>, <\/span>Pin pon<\/span><\/i> o <\/span>Qui\u00e9n pomp\u00f3<\/span><\/i>.<\/span><\/p>\n Lo he apresado, con dolor, en esa alegr\u00eda que tal vez nunca lleg\u00f3 a existir, y que un d\u00eda borraron en mis tardes junto al mar. Hoy somos solamente dos fantasmas que se encuentran en el tiempo, en diversos tiempos que se hacen uno, sobre una voz que no quiere acabarse. \u00c9l lo dijo risue\u00f1o en este son montuno que cierra mi noche: <\/span>Se acaba el mundo.<\/span><\/i><\/p>\n El \u00fanico disco donde le atesoro cierra con otro augurio que me estremece: <\/span>La muerte<\/span><\/i>, creaci\u00f3n de Memo Salamanca. All\u00ed canta, como una bandera que el viento desgaja a esta hora: \u201cLa muerte\/ vaya, me llama\/ me quiere arrullar para siempre en sus brazos\/ lo s\u00e9\u201d. Y termina pidiendo algo que yo ahora tambi\u00e9n firmo con sangre: \u201cAy, Satan\u00e1s, sep\u00e1rame pasaje\u201d.<\/span><\/p>\n Ram\u00f3n Fern\u00e1ndez-Larrea, Barcelona, verano del 2005<\/span><\/p>\n [\/et_pb_text][\/et_pb_column][\/et_pb_row][\/et_pb_section]<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Ahora ya no es siquiera una sombra. Nadie le conoce en su tierra, ni en las tierras diversas que busc\u00f3 para que su luz creciera. Ahora aparece, sin embargo, en las ruidosas pel\u00edculas con las que M\u00e9xico disfrazaba, avergonzado, su identidad; \u00a0s\u00f3lo all\u00ed, en esas p\u00e1lidas copias de un tiempo hecho trizas, se ve el […]<\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_et_pb_use_builder":"on","_et_pb_old_content":"","_et_gb_content_width":"","jetpack_post_was_ever_published":false,"_jetpack_newsletter_access":"","_jetpack_dont_email_post_to_subs":false,"_jetpack_newsletter_tier_id":0,"_jetpack_memberships_contains_paywalled_content":false,"_jetpack_memberships_contains_paid_content":false,"footnotes":"","jetpack_publicize_message":"","jetpack_publicize_feature_enabled":true,"jetpack_social_post_already_shared":false,"jetpack_social_options":{"image_generator_settings":{"template":"highway","enabled":false}}},"categories":[37],"tags":[61],"jetpack_publicize_connections":[],"yoast_head":"\n