{"id":654,"date":"2016-12-04T12:23:31","date_gmt":"2016-12-04T12:23:31","guid":{"rendered":"https:\/\/memoriadelahabana.com\/?p=654"},"modified":"2017-05-27T15:41:27","modified_gmt":"2017-05-27T15:41:27","slug":"ramon-cabrera","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/memoriadelahabana.com\/ramon-cabrera\/","title":{"rendered":"Ram\u00f3n Cabrera"},"content":{"rendered":"

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Escuche el programa aqu\u00ed:<\/h2>\n

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<\/div>[\/et_pb_code][et_pb_text admin_label=”TITULO KABIOSILE” background_layout=”dark” text_orientation=”justified” use_border_color=”off” border_color=”#ffffff” border_style=”solid” text_font_size=”18″]<\/p>\n

Esta es la historia absurda de un hombre que fue due\u00f1o de muchos pueblos de la isla de Cuba. Ram\u00f3n Cabrera les cant\u00f3, los apres\u00f3 m\u00e1s bien, en los sue\u00f1os que armaba y compon\u00eda, con lenta nostalgia, con una orfebrer\u00eda que les sobrevivir\u00eda m\u00e1s all\u00e1 de casas y entornos. Sin embargo, vino a morir de alguna tristeza inconfesada del otro lado de la tierra, en Madrid, una ciudad que nunca apareci\u00f3 marcada en su anhelo.<\/span><\/p>\n

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En las listas que pretenden refirmar la memoria de los hombres, se confunde con un general carlista, aquel Tigre del Maestrazgo que tal vez trajo mucho dolor, y no el sue\u00f1o tibio que necesitan los humanos en su fr\u00e1gil coraz\u00f3n. Tiene tambi\u00e9n, y desgraciadamente relacionado con la m\u00fasica, el mismo nombre de un asesino: un col\u00e9rico mexicano que acribill\u00f3 a balazos, en Texas, a un cantor de barrio que no se sab\u00eda una canci\u00f3n solicitada. No era ninguna de las que escribi\u00f3 este bayam\u00e9s para que el Beny Mor\u00e9 engrandeciera los paisajes cubanos. <\/span><\/p>\n

Yo nac\u00ed en su pueblo, un sitio tendido junto a un r\u00edo que ahora se enrosca en s\u00ed mismo, pero que llen\u00f3 una vez mi pecho con la fuerza de su viaje hacia todas las partes. Entonces yo pensaba que por sus aguas se llegaba al mundo. Tal vez Ram\u00f3n Cabrera tuvo la misma peregrina idea, porque ech\u00f3 a volar su ternura trashumante, y comenz\u00f3 a llenar el cielo de mi pa\u00eds con una geograf\u00eda ins\u00f3lita, y un d\u00eda, aquellas ciudades y barrios a los que cant\u00f3 por voz de otros, amanecieron regocijadamente asombrados, mirando el nombre de sus sitios en la eternidad de los viajeros.<\/span><\/p>\n

Ya nadie piensa en Manzanillo, el diamante oriental al borde de aguas azules como la pena, en el golfo de Guacanayabo, sin que el Beny le invite, por mediaci\u00f3n de Cabrera, a ir a \u201cpescar la luna en el mar<\/span>\u201d.<\/span><\/i> Con la garganta del B\u00e1rbaro lo puso en nuestra emoci\u00f3n, en ese aullido de amor que huele a oleaje y precipicio: <\/span>\u201c<\/span><\/i>Noches de luna de Manzanillo,\/ brillo de plata sobre la mar\u201d<\/span>. <\/span><\/i>Silban sus versos junto a la fuerte brisa, y all\u00e1 en el fondo, pasa un viejo barco entre gemidos. Por eso el Beny lo apunt\u00f3 con el tr\u00e9mulo esplendor de Ram\u00f3n Cabrera: <\/span>\u201c<\/span><\/i>Para las novias de los marinos\/ de Manzanillo quiero cantar,\/ porque en silencio siempre se mueren\/ si ven un barco lejos zarpar<\/span>\u201d.<\/span><\/i><\/p>\n

Y no hay mortal que ponga en duda las maravillas de Cienfuegos, la perla del sur, que tiene desde entonces, en la memoria sonora, el aire lento del sue\u00f1o. Hijo de una ciudad de tierra adentro, con gente como yo, enamorada del horizonte azul, borde\u00f3 el litoral de la ciudad, y lleg\u00f3 al monte inmenso que la vigila. Lo dijo para que nunca m\u00e1s olvid\u00e1ramos el ruido tenue de la tojosa, revoloteando en la sombra alargada de la yagruma: \u201cMe gusta ver c\u00f3mo baja\/ del monte el Hanabanilla\/ y c\u00f3mo choca en la orilla\/ de la roca que lo ataja.\/\/ Me gusta ver c\u00f3mo encaja\/ el Escambray en el llano\u2026\u201d <\/span><\/p>\n

Desde <\/span>Guant\u00e1namo<\/span><\/i> a <\/span>Marianao<\/span><\/i>, se\u00f1alando a las santiagueras, deteni\u00e9ndose en <\/span>Banes<\/span><\/i> para Tito G\u00f3mez y la Riverside, y enalteciendo con Tito a mi tierra \u2013la suya- <\/span>Bayamo<\/span><\/i>, en un trayecto de pasi\u00f3n donde sembr\u00f3 siempre las flores perfumadas de la mujer cubana, Ram\u00f3n Cabrera ilumin\u00f3 con m\u00fasica el atardecer de esos paisajes. Los incrust\u00f3 en nuestra sangre, y ah\u00ed andan deslumbrantes y alegres. Yo he sido una de sus v\u00edctimas. Y s\u00e9 que me morir\u00e9 en la contradicci\u00f3n, por no llevarle la contraria, pues absolutiz\u00f3 la belleza de la mujer palmera, cuando le toc\u00f3 el filo de alguna mirada ardorosa en Palma Soriano. Ese son, bullendo en m\u00ed, me obligaba a mirar con fijeza en cada aventura, a las j\u00f3venes, que en las aceras del camino que atraviesa el pueblo, resguardaban el brillo enceguecedor de su pelo bajo los parasoles del arduo mediod\u00eda. Me morir\u00e9 pensando que tal vez tuvo raz\u00f3n Mongo Cabrera, y que ahora yo, tan lejos, no podr\u00e9 ejercer mi extra\u00f1o oficio de vig\u00eda del amor. Y ser\u00e1n sus mujeres las m\u00e1s bellas de la tierra, si \u00e9l lo afirm\u00f3 con ese fervor que lo enaltece.<\/span><\/p>\n

Como no discutir\u00e9 su exagerado optimismo, cuando exclam\u00f3 \u2013siempre por voz del Beny- \u201cEn Marianao la vida se ve\/ se ve color de rosa\u201d, porque hay trampa en su euforia. El estribillo lo delata: <\/span>\u201c<\/span><\/i>All\u00e1 en Marianao\/ tengo mi querer,\/ y lo voy a ver\/ al anochecer\u201d,<\/span> escaramuza de hombre enamorado que glorifica un sitio con lo que siente, con toda su nocturnidad y poes\u00eda.<\/span><\/p>\n

Pienso ahora, en la distancia, si Ram\u00f3n Cabrera se hubiera quedado en Bayamo, donde vio la luz de la met\u00e1fora en 1925, y no le hubiera dado por andar descubriendo los destellos que nadie como \u00e9l sinti\u00f3, en las ciudades del recorrido musical, le habr\u00eda bastado uno solo de sus boleros, <\/span>Tu voz,<\/span><\/i> escrito en 1952, especialmente para esa futura reina que es y ser\u00e1 Celia Cruz, y que ha soltado desde entonces con tanta lava arrolladora. Queda en la noche de los tiempos la pregunta: <\/span>\u201c<\/span><\/i>No s\u00e9 qu\u00e9 tiene tu voz que fascina\u2026\u201d para declarar a todas las almas que \u201cTu voz se adentr\u00f3 en mi ser\/ y la tengo presa,\/ tu voz que es ta\u00f1er de campanas\/ al morir la tarde\u201d.<\/span><\/p>\n

Hoy es oto\u00f1o en la ciudad donde escribo. El mar se esconde cerca, y en su noche tambi\u00e9n quedar\u00e1 alguna novia que llore al ver partir las sombras de un gran barco. Para mi sorpresa, no es Antonio Mach\u00edn quien me llena de esperanza con otra creaci\u00f3n inolvidable de Cabrera: <\/span>Esperanza.<\/span><\/i> Es la nostalgia parisina de Charles Aznavour que me trae ahora al bayam\u00e9s muerto lejos del oc\u00e9ano. \u201cEsperanza, Esperanza\/ le bonheur en nos coeurs suit son cours\u201d<\/span>. <\/span><\/i>Nunca pens\u00e9 que un nombre de mujer \u2013aquella muchacha que s\u00f3lo bailaba <\/span>cha cha ch\u00e1<\/span><\/i>-, pronunciado as\u00ed, en otra lengua, me conmoviera tanto. Vienen a m\u00ed, de golpe, las ondas del r\u00edo que ahora mismo se oculta de su antiguo esplendor en la ciudad donde los dos nacimos. Pasan, en el viento veloz de mi casa en las nubes, como postales de sangre, los pueblos que nombr\u00f3 contra la mala memoria. Ram\u00f3n Cabrera muri\u00f3 lejos del mar, en Madrid, el 15 de diciembre de 1993. Su coraz\u00f3n se disfraz\u00f3, seguramente, de marino, y pasar\u00e1 rielando sobre el agua profunda de Manzanillo, mientras todas las novias le despiden, y Beny Mor\u00e9 vuelve a estremecer el oleaje de la dicha.<\/span><\/p>\n

Ram\u00f3n Fern\u00e1ndez-Larrea \u00a0\u00a0en Barcelona, octubre del 2002<\/span><\/p>\n

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